Ardua negociación entre el país y Brasil por acuerdo automotor

Miércoles 19 de junio de 2013
Brasil y Argentina mantienen desde ayer arduas negociaciones y se encaminan a prorrogar por lo menos por 18 meses la Política Automotriz del Mercosur(PAM) que determina el comercio administrado de vehículos entre ambas naciones, y del mismo modo las decisiones de inversión de las casas matrices.
La PAM, que vence a fin de este mes, tendría que ser reemplazada por otra o prorrogada, ya que de lo contrario comenzaría a regir libre comercio de autos entre los dos países, una concesión que Buenos Aires no tiene previsto hacer.
Pero sobre todo, lo que va creciendo dentro de los empresarios de Brasil es el descontento con el propio Mercosur, al que ven como un bloque en el cual deben respetar reglas pero del que obtienen pocos beneficios.
El economista argentino con residencia en San Pablo, Gustavo Segré opinó ayer que el convenio automotor entre la Argentina y Brasil se prorrogará, aunque señaló que el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Gustavo Pimentel “seguramente” pidió que “no” se detengan más productos de ese país colocados en el mercado argentino.
Segré señaló también que lo que se observa es que para Brasil la economía argentina se ha transformado en “un ancla”y que “el final del camino es Venezuela”.
En cuanto a los pedidos que hace la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiespi) para que Brasil se aparte del Mercosur tal como está, señaló que eso ocurre precisamente porque los productos brasilero sufren “contrariedades”.
El analista explicó por radio El Mundo que “no me llamaría la atención que el Mercosur retroceda hacia una zona de libre comercio, sobre todo la que se está dando en el Pacífico, para decir que cada país se arregle y sea libre de negociar con quien quiera”.
Para el economista, el ministro de Desarrollo del vecino país “seguramente pidió algo a cambio: que paren de detener los productos brasileros en la frontera, porque la balanza comercial está artificialmente equilibrándose, ya que la Argentina no deja entrar productos brasileños”.
En cuanto a la relación entre ambos países, Segré estimó que la salida de empresas brasileñas se vé en aquel país como “algo del sector privado”, aunque juzgó que “macroecónomicamente, es complicado juntar dos países, que uno mira para el norte y otro para el sur".
“Hoy para Brasil, la Argentina está siendo un ancla”, insistió.
Por último, señaló que “de acá vemos que si la Argentina y su gobierno no cambian las cosas, el final del camino de la economía argentina es Venezuela”.