Descubren varias viviendas diseñadas para el narcomenudeo en Córdoba

Lunes 20 de octubre de 2014
Allanamientos. | Fueron tres las viviendas requisadas, todas ellas separadas por menos de 100 metros.
Pintura descascarada. Un portón ciego de chapa. Una puerta de gruesos barrotes recién incorporada que protegía a otra, de madera, que no resistía el menor envión. Y una sola ventana, también enrejada.
De afuera, el domicilio venido abajo de calle Estados Unidos al 5400, entre Colonia Lola y Miralta, en el este de la ciudad de Córdoba, parecía sólo la fachada de una vivienda abandonada, ya que siempre permanecía cerrada de manera hermética.
Sin embargo, tras un sigiloso trabajo de investigación, los efectivos de la sección Córdoba de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina descubrieron allí el primer “búnker” de la provincia.
“Es igual a los que utilizan los narcos en Rosario”, graficó una fuente de la Justicia provincial.
En la jerga del narcotráfico se denomina “búnker” a aquellos domicilios acondicionados de manera especial para ser utilizados sólo para vender cocaína, marihuana o pastillas de venta ilegal.
Casas vacías en las que los vendedores sólo ingresan con lo puesto y tienen una silla y una mesa con la droga ya fraccionada para su venta al menudeo. No hay baños, cocinas, heladeras ni nada.
En el caso de este domicilio de calle Estados Unidos al 5400, que fue allanado el viernes último a la tarde, los traficantes habían agregado un artilugio tecnológico: con una pequeña cámara filmaban, desde la puerta hacia la vereda, imágenes que eran transmitidas por un monitor que el vendedor tenía arriba de la mesa para asegurarse que quien llamara hacia adentro era un cliente y no un policía.
De manera simultánea a este allanamiento, hubo otros dos procedimientos en igual cantidad de domicilios ubicados sobre la misma calle Estados Unidos al 5400 y al 5500, separados, en total, por menos de 100 metros.
Se encontró otro “búnker” similar, también con cámara de vigilancia, y una vivienda en la que vivirían los encargados de haber montado esta novedad para el submundo del narcotráfico cordobés.
“Desde allí controlaban las dos ‘cuevas’ en las que vendían la droga”, agregó uno de los informantes.
En uno de los “búnkers”, el vendedor se dio cuenta de que estaban por irrumpir los policías y alcanzó a escapar por el fondo, saltando una tapia.
Para ello, la organización ya había montado una estructura especial para garantizarle un escape veloz. En la otra boca de expendio no se halló a nadie, sólo la droga. Se sospecha que el vendedor también huyó.
En la casa familiar, en tanto, fue detenida una pareja.
En total, entre los dos “búnkers” se secuestraron más de 400 papeles de cocaína (dosis individuales) y casi 600 “bochas” de marihuana.
Los procedimientos fueron ordenados por la Fiscalía de Instrucción de 29ª Nominación del Fuero Provincial de Lucha contra el Narcotráfico (narcomenudeo), Marcelo Sicardi.
Aunque por el momento no trascendió la identidad de los apresados, ya que se estima que a partir de diferente documentación secuestrada la investigación puede avanzar en otra dirección, los informantes de la Justicia provincial remarcaron que se trata de una banda que no tiene “renombre” en esa zona.
Cabe destacar que en esas cuadras de Colonia Lola son frecuentes los operativos antidroga, ya que se trata de un sector caliente en el mapa cordobés de la venta de cocaína y marihuana.
Según se pudo comprobar, hace menos de un año la organización ahora desbaratada había reforzado la seguridad en los “búnkers”.
En uno de los domicilios, se reemplazó un portón de rejas finas por otro de chapa, ciego hacia el interior, y se colocó, además, una puerta de gruesos barrotes por delante de una endeble entrada de madera.
Las ventas se hacían sólo a través de la ventana que da hacia la calle, también enrejada.