Cartas de Lectores

Lunes 21 de julio de 2014

Funcionarios que no pasan de grado

Señor director:
Al estudiante, antes, si no aprobaba las materias en un lapso de tiempo repetía de grado, de curso o lo que sea. Ahora se le exige al docente que el alumno pase de grado… así sea… rompiendo la pared. Pero que pase. Al policía, salvo excepciones, si se manda alguna "macana" se lo bocha. Al mal empleado se lo pone al freezer, se le asigna otra tarea o lo peor: se lo despide.
La hago corta. Se podría aplicar el mismo criterio educacional "de antes" con aquellos funcionarios llámese intendentes, ministros, administradores de empresas del Estado, concejales, legisladores que no "aprueban" el año, que no aprueban en los lugares donde se desenvuelven.

Últimamente podemos ver con un "click" los proyectos de ley presentados a todo nivel por algún "representante" del pueblo. A nivel nacional: Desde "el día del mate, del valor villero, del micrófono (sí ! no se caiga cuando lee), días no laborables por nacimiento de nieto, hasta el de una asignación por los 25 años de matrimonio!
Supongo se rompieron la cabeza para que se les ocurra tan brillantes ideas, entiendo que es algo oneroso al erario público mantener a esos autores de semejantes proyectos por tan avanzadas y progresistas ideas. Literalmente, esos cráneos: ¿pasan de grado? Si repiten, ¡hay que aguantarlos otro año! Entonces… ¿qué hacer? ¿Esperar a que finalicen su mandato? ¿Deberíamos elegir cada dos años? ¿Renovarles los contratos cada año? ¿Evaluar su desempeño?
Creería que llegaron allí de casualidad nomás o por dedo mágico. No por algún mérito sostenido. Lo mismo sucede con los funcionarios, los pocos buenos son premiados (pasan de grado) y los muchos malos cambian, no repiten, cambian las piezas de lugar, pero todos siguen prendidos.
Tantas cosas hay que cambiar en este bendito país, nuestra Argentina, le dije a mi amigo Luis… participá me dice. Ese pensamiento, esa expresión, la vengo escuchando hace tiempo. Sucede que tenemos constitucionalmente un sistema representativo, la República no es un consorcio donde debemos ir a las reuniones a resolver problemas. Elegimos a nuestros representantes. Mal o bien pero elegimos, podemos hacerlo, y les damos en base a su plataforma electoral la oportunidad de hacer, mejorar o cambiar, entre otras ideas, algunas cosas que nos parecen.
No somos ni formamos parte de asambleas populares. Allí se acabaría la República. Pero una buena idea para comenzar a corregir esto sería acortar, por esos malos motivos, los mandatos. Así como los ponemos, los sacamos, pero no cada 4 o 9 años. La mejora en calidad institucional y el costo… para el Estado, el pueblo…sería mucho menor.

Jorge Cacho Saldivia
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