Protestas en Brasil

L a velocidad crucero que traía Brasil por la sólida performance de su economía apuntalada por la expectativa de la realización de la próxima Copa del Mundo y las Olimpiadas (eventos trascendentes y con muchos ingresos por turismo) sufrió un fuerte un sacudón en los últimos días (Pág. 16).
Millones de brasileños ganaron las calles en la mayoría de las ciudades del país en protesta por la suba de tarifa del transporte público. En realidad el aumento del boleto de colectivo, subtes y trenes, aparece como la gota que llenó el vaso de una serie de descontentos que se vienen acumulando en el país vecino. Uno de ellos los excesivos gastos que genera la Copa del Mundo de Fútbol 2014 agravado por las sospechas de corrupción que la rodean y la inflación que lentamente pero sin tregua está debilitando los salarios de los trabajadores.
Los diarios brasileños coincidieron ayer en que la protesta es la más importante de los últimos años. La protagonizan en su mayoría jóvenes que no militan en los partidos políticos tradicionales o se definen como independientes. La metodología de organización es la misma que se vio en Europa y particularmente en Argentina: las redes sociales como eje de la convocatoria.
Anoche la presidenta Dilma Rousseff  viajó de urgencia a San Pablo, uno de los focos del conflicto, y se reunió con su padrino político el expresidente Lula Da Silva y con el alcalde de la ciudad, Fernando Haddad para tratar la crisis. Dilma aceptó el reclamo de la gente como legítimo y prometió buscar una solución. En principio muchos estados ayer dieron marcha atrás con los aumentos. Lo que no se sabía era si esa decisión alcanzará para descomprimir este emergente social que se da en medio de cambios históricos con fuerte movilidad social que experimenta el país vecino.

Roberto Maack
Jefe de Redacción
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