En Brasil se volvió a abrir una vieja herida: la lucha de clases

Sábado 1 de noviembre de 2014
Dilma. | La Presidenta no cree que su reelección haya dividido el país en dos. | Foto: AP
Votaste por Dilma Rousseff? Muerto de hambre, ignorante, 'nordestino'. Votaste por Aecio Neves? Ricachón, playboy. Las elecciones en Brasil, una de las más ajustadas de su historia, abrieron una vieja herida que parece nunca cicatrizar: la lucha de clases.
"Me estoy preparando para viajar a Orlando (EE.UU.), donde vive mi padre. Intenté ayudarlos, miserables, imbéciles, burros que votaron por Dilma. Son muy burros y van a depender de Bolsa Familia y bolsa miseria por el resto de la vida", dijo la brasileña Deborah Albuquerque en un video que se esparció en las redes sociales y que abrió una enorme polémica.
El Centro, Sur y Sudeste del país, donde está la megalópolis San Pablo, rica y acomodada, recriminan la responsabilidad del triunfo de la izquierdista Rousseff frente al socialdemócrata Neves (centro derecha) al Norte y Noreste del país, zonas beneficiadas por los programas sociales del Gobierno, como el 'Bolsa Familia'.
"Son sentimientos reprimidos. Es como una boya. Puedes sumergirla pero sale a flote incluso con más fuerza en circunstancias como éstas", dice a la AFP el antropólogo 'brasilianista' Roberto DaMatta.
La lucha se ha dado arduamente, principalmente en las redes sociales. Políticos, futbolistas, periodistas y hasta familiares discrepan con rudeza por sus preferencias políticas, como hinchas de fútbol.
"No creo que estas elecciones hayan dividido el país por la mitad", dijo Rousseff tras conocer el triunfo el domingo último, e invocó al diálogo. Para sus opositores, en cambio, la fiereza de la campaña ha dejado los ánimos caldeados y un país partido en dos.
Incluso circuló en Facebook una propuesta para levantar un muro que separe el norte y el noreste -'nordeste', en portugués- del resto del país.
"Perfecto, pero la samba queda con nosotros porque fue creada en Bahía. También nos quedamos con Caetano Veloso y Gilberto Gil (músicos mundialmente conocidos que son de esa región)", dice un entusiasta "manifiesto nordestino" en las redes sociales.
"Es algo natural en Brasil que, tras una campaña tan fuerte, afloren prejuicios enraizados e históricos que retornan en momentos decisivos y cruciales como una elección", dijo a la AFP el analista político André Cesar.
Es en el 'Nordeste' donde se encuentran los estados que históricamente han concentrado los mayores índices de pobreza y que se han beneficiado de programas sociales del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) que ingresaron a 40 millones de brasileños en la clase media en 12 años.
Cerca de un 70% del electorado del Nordeste votó por la reelección de la Presidenta.
"Brasil fue un país monárquico, aristocrático y esclavista, y la república nació más en el 'nordeste' que en Rio de Janeiro, donde estaba concentrada la monarquía", recuerda DaMatta, lo que para él es una muestra de la división histórica entre ambas partes.
Desde el sudeste muchos brasileños aseguran que la ignorancia del 'nordestino' no les permite ver los casos de corrupción que afectan al país, y que prefieren vivir del asistencialismo que trabajar.
"Vete a Miami, coxinha", responden los 'nordestinos'. Coxinha es la forma en que los brasileños llaman a los paulistanos adinerados y consumistas, que beben espumante y abarrotan las zonas vip de las discotecas.
"El nordeste siempre fue retrógrado, partidario del gobierno, bovino, subalterno en relación al poder", dijo Diogo Mainardi, periodista del programa Manhattan Connection de Globo News, lo que ocasionó la reacción del delantero Hulk, natural de Paraíba (Noreste), quien lo tildó de arrogante e ignorante.

Belindia
Según un artículo escrito por el diputado de izquierda, Jean Wyllys, esta división no es una novedad traída por el PT: "Vivimos en una 'Belindia'. Una pequeña parte de la población vive como en Bélgica y la otra, mucho mayor, como en India", estimó.