La campaña electoral en Brasil está al rojo vivo

Lunes 20 de octubre de 2014

La presidenta Dilma Rousseff y el socialdemócrata Aecio Neves están enfrascados en una agresiva batalla por los votos a una semana de las elecciones más disputadas de la historia reciente de Brasil, con el balotaje del próximo domingo.
Los 148,2 millones de brasileños convocados a las urnas el domingo 26 de octubre están divididos en dos bloques de igual tamaño, mayoritariamente en función de su clase social, que definirán si el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) prolonga sus 12 años en el poder.
Según las encuestas, Neves lleva una ligera ventaja sobre Rousseff, con 51% contra 49%,  pero se considera que ambos están en empate técnico debido al margen de error.

La campaña electoral, plagada de ataques cruzados, se calienta a días de los comicios. Neves se ha concentrado en denunciar el bajo crecimiento económico en Brasil, este año cercano a cero, y un gran escándalo de corrupción en la estatal Petrobras que habría beneficiado sobre todo al PT y a sus aliados.
En tanto, sin escatimar golpes bajos, incluso insinuando que Neves fue pillado conduciendo bajo los efectos del alcohol y las drogas, Rousseff asegura que el retorno del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) a la presidencia pondrá fin a los programas sociales con los que el PT asegura haber sacado a 40 millones de la pobreza.
La disputa entre el PT, y el PSDB se repite desde hace 20 años, pero nunca la división había llegado al nivel de escindir perfectamente a los brasileños en dos.
"Es una elección extremadamente dividida: las clases alta y media alta están decididas por Neves y la media baja y los excluidos (beneficiados por los grandes programas sociales del PT), votan por Rousseff", dijo Mauro Paulino, director de la encuestadora Datafolha.
Neves es el candidato favorito de los empresarios y los mercados, que critican el intervencionismo económico del gobierno de Rousseff y el estancamiento de la economía con una elevada inflación (6,5%).
La campaña promete mantenerse al rojo vivo hasta el último día. Los analistas ya consideran estas elecciones un caso de estudio: no solo son las más imprevisibles de la reciente historia brasileña, sino las que tuvieron los giros más increíbles.
El primero fue la muerte del candidato socialista Eduardo Campos en un accidente de avión en agosto, que lanzó la campaña presidencial de Marina Silva.  Y el segundo, cuando Neves, que para la primera vuelta llegó a tener apenas 11% de intención de voto, resurgió en las elecciones del 5 de octubre, conquistó 33% y desplazó a Marina Silva del balotaje.