Educadores indígenas de las comunidades mbya guaraní de Misiones, mocoví y toba del Chaco y del pueblo quom de Formosa, participaron en Posadas de una mesa de trabajo para la Educación Intercultural Bilingüe (EIB) y, al cierre de las actividades dialogaron con El Territorio sobre la actualidad de la enseñanza destinada a los pueblos originarios.
Docentes y auxiliares docentes indígenas del NEA reclaman a las autoridades de Gobierno más espacios de participación en las escuelas de sus comunidades.
A la vez que reconocieron que hubo avances en la apertura de escuelas y en la expansión de la matrícula en los establecimientos de la modalidad EIB. Marcaron, que sin embargo, hay mucho por hacer para lograr la inserción real de los indígenas en los cargos docentes. Además, en las escuelas falta equipamiento e infraestructura.
Gabina Ocampo, maestra de la comunidad quom, expresó que en los últimos diez años “comenzamos a abrir un camino de diálogo con los gobernantes de Formosa y con las autoridades educativas, logramos algunos avances pero hay reclamos que todavía no son escuchados”.
Las comunidades quom, pilagá y wichí formaron la Asociación de Docentes Indígenas, que regularmente convocan a conferencias y elaboran documentos con textos de reivindicación y reclamo de sus derechos.
“Hace unos años logramos que se creen suplencias para los Mema, que eran los únicos del sistema educativo que cuando sacaban licencia por enfermedad, por embarazo o cualquier otro tipo de licencia, no se llamaba a un suplente”, contó Gabina.
Los Mema son los maestros especiales de la modalidad aborigen en Formosa.
“Actualmente nuestro reclamo tiene que ver con que se reconozca a los Mema como maestros de grado, hasta ahora somos maestros especiales. Hicimos notas y reclamos a las autoridades pero todavía no fuimos escuchados”.
Gabina explicó que mientras “los criollos al frente de las aulas de las escuelas de modalidad EIB tienen cargo de maestros de grado, los Mema son maestros especiales”. En tanto que para que este reconocimiento sea posible falta que “las autoridades de Educación instrumenten los mecanismos, que todavía nos dicen que no es posible crear tantos cargos”.
Reforma del estatuto
En Chaco, los miembros de la comunidad mocoví y toba comparten la misma lucha. “Sabemos de la situación socioeconómica de la provincia y son muchos los reclamos de los pueblos originarios, pero en cuanto a la educación, los docentes indígenas somos puntuales”, precisó el maestro toba Miguel Maza.
“Queremos que el estatuto docente reconozca la modalidad EIB y que incorpore los derechos de los trabajadores docentes indígenas, buscamos que se modifique el estatuto y que nuestra función sea reconocida por las autoridades”.
Otro frente de lucha está dado por la exigencia de que “las instituciones superiores que se crean para formar a profesionales con título de docente EIB, sólo deben inscribir a indígenas”, sostuvo y detalló que “de estos institutos tienen que egresar profesionales indígenas, para ocupar los cargos dentro de las escuelas EIB. Otra demanda es que de forma progresiva cada vez más hermanos que hagan carrera en la docencia puedan ocupar cargos jerárquicos”.
Sobreedad y abandono
En las comunidades de Misiones, la modalidad EIB avanza en la incorporación de los auxiliares docentes indígenas (ADI) y en la apertura de escuelas secundarias para el cumplimiento de la obligatoriedad de la escolaridad, dispuesta en la Ley de Educación Nacional. Paisanos consultados destacaron como positivo que la matriculación en las escuelas EIB experimenta una expansión. En cambio, se mostraron preocupados por los números de la sobreedad y el abandono.
“Lo que necesitamos es apuntalar la escolaridad de los niños desde temprano para trabajar en disminuir la sobreedad”, dijo un auxiliar docente.
La problemática de la escolarización tardía se da en las comunidades mbya por la falta de adaptación de los niños a las maestras del nivel inicial, según notó un estudiante de magisterio: “Cada comunidad tiene una realidad diferente y reclamos diferentes, hay escuelas equipadas y escuelas con muchas carencias. Una situación que se nota en todas las comunidades es la falta de cargos de auxiliares docentes para hacer la articulación con las maestras del nivel inicial”.
En las escuelas rurales mbya sostienen que con la contención de un docente auxiliar, los niños no abandonarían la escuela. “Se produce un quiebre muy grande, un niño pasa de estar con su madre a estar con una maestra que no entiende su lengua. Entonces deja la escuela y reingresa a los siete años, ya con sobreedad y en desventaja”, planteó el estudiante.
En espera por las obras de la escuela
El cacique de Fortín Mbororé, Silvino Moreira dijo a El Territorio que en la comunidad esperan que pronto se reanuden las obras del nuevo edificio para la Escuela Bilingüe de Frontera 807.
La pasada semana, el jefe de la comunidad llamó a una asamblea con padres, alumnos y docentes para tratar el tema preocupante del retraso de los trabajos y confeccionar un documento para presentar a las autoridades educativas, solicitando que se reinicie la construcción.
En el inicio del año escolar y ante el reclamo de padres y maestros, las autoridades de Educación se comprometieron a llevar adelante la construcción del nuevo edificio que pueda albergar a una matrícula en aumento.
En tanto que en el actual edificio se habilitará la primera escuela secundaria para adultos y con formación en oficios en una comunidad mbya. La migración constante contribuyó a que crezca el número de casos de jóvenes y adultos con baja escolaridad y en condiciones de incorporarse al sistema educativo.
Para dar respuesta a esta población, los docentes y los paisanos elevaron a Educación el pedido de la apertura de la escuela.
Una computadora para los niños mbya
San Ignacio. Benjamín Benítez da clases de informática en la Escuela 44, en Tekoa Andresito de esta localidad. A la escuela asisten 70 niños. La matrícula total sumadas dos aulas satélites es de 130 chicos de primaria.
El proyecto del taller de informática surge como una propuesta para acercar a los niños mbya los conocimientos que tienen los chicos en las escuelas de las ciudades.
“Queremos que se familiaricen con la computadora, aunque no tenemos internet y actualmente tenemos una sola computadora que funciona”, dijo Benjamín, que se formó como auxiliar docente indígena.
Si bien al principio la alfabetización digital alcanzó a los alumnos del primero al séptimo grado, este año por falta de máquinas y como una decisión pedagógica se enfocó la enseñanza en el tercer ciclo.
“Teníamos tres máquinas que nos donaron pero dos no andan, pedimos que si alguien puede colaborar para que nuestros niños tengan las mismas oportunidades y para profundizar en los contenidos”, planteó.
Quien pueda colaborar con los niños de la escuela 44, pueden llamar al 03752-15636573.