Pedalear la vida

Miércoles 1 de octubre de 2014
En bici. | Luciano pedaleando por la ruta colombiana.

“La bicicleta es un imán”, dice Luciano Baglietto, un joven oriundo de Buenos Aires, diseñador gráfico de profesión, que decidió abandonar la jungla de cemento para pedalear por Sudamérica y sumergirse en un estilo de vida lejos del consumismo desenfrenado y la rutina de la oficina.
 Sin celular y con poco dinero, Luciano llegó a Posadas hace más de una semana para vivir su segundo viaje en bicicleta. Su proyecto autogestivo se denomina Rodando Caminos, y actualmente, ofrece charlas en escuelas, instituciones educativas y otros espacios para solventar su estadía.
“Disfruto todo, la lluvia, la noche, el calor, todo lo que sea arriba de la bicicleta. Cualquier cosa menos estar en Buenos Aires”, asegura Luciano.

El 12 de febrero de 2012 partió desde Buenos Aires para emprender su primer viaje. Durante un año recorrió Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela y Brasil. “Tenía pensado llegar hasta México pero me volví con una barranquillera desde Buenos Aires”.
Tras la experiencia inolvidable de conocer la selva amazónica, llegó a la tierra colorada con gran expectativa por el monte misionero. Hace dos meses que se lanzó a la carretera por segunda vez y ya pedaleó por Corrientes.
 “El primer viaje lo dejé con la expectativa de convivir y sentar cabeza, pero una vez que uno experimenta este tipo de aventuras recorrés un sentimiento espiritual muy grande. Te pasan cosas muy fuertes, y encerrarte en la monotonía de la ciudad y todo lo que conlleva el círculo de la ciudad en Buenos Aires es complicado”, cuenta Luciano.
Y expresa con seguridad: “a Buenos Aires ya sé que no vuelvo. Simplemente estoy viajando, que fluya mi destino y mi lugar, y qué mejor que hacerlo pedaleando”.
La bicicleta llegó a su vida en 2011 como un medio para cumplir el sueño de viajar por el mundo: “Poco a poco empecé a descubrir lo linda que es la bici, ahora mi vida gira en torno a una bicicleta. Siempre a todos lados pedaleando. No le veo sentido subirme a un transporte público si tengo mi bicicleta”. Luciano ya planea para el 2016 su próximo objetivo: recorrer Europa y Asia en bicicleta, partiendo desde África.

Anécdotas y desapego
Luciano puede contar “sólo cosas positivas” de sus periplos.“Lo más lindo de viajar no son los lugares, sino la gente, porque en definitiva es lo que más te llevás del lugar. Venezuela para mí fue un país increíble, la energía de la gente me contagió ganas de vivir”.
Durante el recorrido, el cicloviajero prefiere la rusticidad y la tranquilidad. Disfruta de quedarse en carpa al costado del camino y en ciudades grandes utiliza el sistema de hospedaje solidario: Couchsurfing (https://www.couchsurfing.org/) y Warmshower (https://www.warmshowers.org)
Su primer viaje, Luciano lo solventó gracias a sus ahorros. Pero en el medio de la Amazonas se quedó sin dinero. Entonces, comenzó a viajar comiendo frutas que iba recogiendo por el camino. Aprendió a trepar palmeras y manejar el machete para abrir cocos. “Ahí empecé a darme cuenta que no necesitás siempre el dinero para vivir. No tener miedo a no tener dinero fue el primer proceso para pensar cómo conseguir un recurso para vivir con lo mínimo”.  Así fue que vendía fotopostales y ese dinero le permitía movilizarse. “Cuando vas viajando te das cuenta que necesitás cada vez menos cosas para vivir”, expresa Luciano.
Hace dos meses, salió desde Buenos Aires con 1500 pesos para emprender su segundo periplo. En Corrientes, comenzó a dar charlas en las escuelas. Su primera experiencia fue en un pueblito de dos mil personas. Al finalizar organizaron una bicicleteada y toda la comunidad se movilizó para realizar la hazaña.
En la tierra colorada ya vivió su primera experiencia extraordinaria. Sucedió el fin de semana pasado en el Proyecto Cocreativo El Naranjo, ubicado en Campo Ramón. Fueron tres días de trabajo comunitario para la bioconstrucción de una vivienda con barro y tacuaras; “en contacto total con la naturaleza y alejado de todo lo mundano”.
Con historias vividas y un largo camino por recorrer, Luciano dice: “La cuestión es que tengas ganas, voluntad y pedalees. Si tenés energía positiva, vas para adelante con una perspectiva buena de las cosas y tratando de encontrar el lado positivo, todo va a fluir y la gente se va acercar”.