Moda teñida de tierra colorada

Miércoles 19 de junio de 2013
Gisell Murner (35) nació en Jardín América y a muy temprana edad dejó la tierra colorada para aventurarse en el mundo de las telas. Buenos Aires le dio cobijo y en la Universidad de Buenos Aires (UBA) estudió las carreras de Diseño de Indumentaria y Diseño Textil.
Hace un año que volvió a su amada provincia y se instaló en Posadas, para que su hija crezca en un lugar más tranquilo y cerca de su familia.
Entre el equipaje, trajo consigo una maleta cargada de experiencias, luego de trabajar con reconocidos diseñadores independientes de Buenos Aires. Entre los más conocidos se encuentran Martín Churba, pionero en el diseño textil, Flavia Martini, y las marcas: Cora Groppo, Asterisco, Posse, Salsipuedes, Lupe, Lisobono, Aintziburu y otras.
Su primera experiencia en el mundo laboral de los tejidos fue gracias a un trabajo práctico para la facultad. “Tenía que hacer un trabajo de tejidos y me acerqué a un local en Once. Y ahí me ofrecieron trabajar como asistente de diseñador para hacer fichas técnicas, los dibujos, entre otras cosas”, contó Gisell a El Territorio.
La gran oportunidad le llegó cuando el reconocido diseñador textil Martín Churba realizó una convocatoria pública para un proyecto que estaba armando con destacados de distintas disciplinas. Entre los aspirantes, Gisell quedó seleccionada como diseñadora de indumentaria para Tramando, la firma de Churba que recorre países de Europa.
“Fue una experiencia fantástica. Increíble. La verdad: por todo el aprendizaje que tuve. Y mientras trabajaba, cursaba la carrera de Diseño Textil. Así que tuve una influencia muy grande de lo que es el textil. Porque es con lo que trabaja esta marca”, señaló la jardinense.
En el diseño textil el profesional resuelve de manera creativa y técnica, interviene en los procesos de tejido, estampado, corte y confección de telas. El diseñador tiene un arduo trabajo de intervensión sobre la tela.
Luego de haber trabajado para Tramando, Gisell renunció para dedicarse a su propio taller-estudio al que bautizó con el nombre de Un Murner, que tiene su marca registrada. Si bien en la actualidad no continúa con el estudio, es uno de sus proyectos pendientes.
En su taller de Buenos Aires trabajó junto a la diseñadora de prendas femeninas Flavia Martini. “Después me terminó absorbiendo. Tuve que cerrar el local y me fui a adquirir experiencia con ella. Hice muchos años el diseño textil de la colección. Trabajé también con Asterisco, que es una marca más comercial. También en Salsipuedes. Ahí hice el diseño textil y la producción de las prendas”, recordó la mujer.

Un Murner en stand by
“Cuando cerré el taller guardé todo por las dudas. Pero no me interesa más el tema de la producción. Sí me interesa diseñar. Pero también estoy trabajando en un proyecto de una marca de ropa para chicos”, contó Gisell, respecto de su presente. En la actualidad, está dando clases en un colegio de Posadas y trabaja en el vestuario de una obra infantil, de la que no pudo dar muchos detalles, pero que se estrenaría en agosto en el Centro del Conocimiento.
“Se me fue consumiendo el tiempo en el desarrollo para otras marcas. Me sentía muy cómoda, me gustó mucho trabajar con muchas en simultáneo desde mi estudio. Entonces, no me fue quedando tiempo para la mía”, explicó Murner.
Agregó además que “Un Murner sigue latente. Pero no tengo pensado nada en este momento. La marca la tengo registrada pero guardada”.
Gisell confesó que quizás no haya estado preparada y no tenía la suficiente experiencia como para sacar adelante una marca: “Quise hacer todo muy rápido y tal vez me faltaba eso”, reconoció.
Desempeñar su trabajo en compañía con otros diseñadores más conocidos le dio las herramientas para desarrollarse profesionalmente. “Quizás trabajando sola no podría hacer todos los diseños textiles ni haber probado diferentes técnicas, diferentes materiales. Aprendés mucho más trabajando con otros”, apuntó.
Asimismo, se refirió también a la variedad de diseñadores y marcas de ropa independiente que proliferan en Buenos Aires.
“Hay tanta oferta que es muy difícil sostenerse. También hay costos y la Argentina está en un momento difícil con las importaciones. La industria local también estuvo golpeada mucho tiempo”, señaló la mujer, respecto de la dificultad por la que atraviesan los emprendedores de la moda en el mercado.
“Hay que posicionarse. No digo que sea imposible porque, de hecho, hay muchos diseñadores que lo logran. Pero hay que contar con un dinero importante”, finalizó.