Patota causa temor en alumnos de una escuela de Villa Cabello

Sábado 1 de noviembre de 2014
Unidos. | Se recomienda a los alumnos circular en grupos al ingreso y egreso. | Foto: Gentileza: César Lasso
Actúan en patota e infundiendo temor con armas blancas y con la mira puesta en notebooks y celulares. Esa es la modalidad delictiva que se convirtió en un constante perjuicio contra los alumnos del Bachillerato Orientado Provincial (BOP) Nº 8, ubicado en el barrio de Villa Cabello de Posadas.
Los directivos y docentes de la institución replicaron al unísono que esta problemática es “moneda corriente” en el lugar y también ocurre contra los vecinos. “Estamos asediados por la inseguridad”, graficó Marta Burtnyk, vicedirectora en el turno tarde de la institución ubicada sobre la avenida Tambor de Tacuarí y Eva Perón.
El último caso de este tipo se registró ayer a la mañana, antes de las 7, cuando un joven de 16 años se dirigía a la institución pero antes de llegar fue interceptado por un grupo de vándalos que lo intimidó con un arma blanca.
El estudiante ingresó a la escuela con el labio cortado, manchas de sangre sobre el uniforme y evidenciando dolores en la espalda, producto de los fuertes golpes que recibió en el ataque. A los docentes que lo atendieron relató que minutos antes había sido asaltado por una patota que le apoyó un cuchillo en el cuello y le robó el celular.
Con este último ejemplo la modalidad queda perfectamente definida: esperan a los chicos en los pasillos interbarriales aledaños al establecimiento, para luego arrinconarlos y robarles sus pertenencias.
Los directivos señalaron que el principal botín que buscan los delincuentes son las notebooks y los celulares. Frente a la situación, éstos recomendaron que a los alumnos no circular solos, y que no permanezcan fuera del edificio por lapsos de tiempo prolongados, que caminen sin ostentar artefactos tecnológicos e incluso que lleguen a la institución acompañados de sus padres.
"En caso de ser atacados nosotros les decimos que entreguen todas sus cosas, que no se expongan a posibles agresiones", agregó al respecto la vicedirectora.

Seguidilla violenta
Si bien los atracos no tienen una periodicidad específica, la seguidilla de casos comenzó la semana pasada, cuando un alumno de 13 perdió su celular a manos de los malvivientes. En tanto que el último miércoles, un estudiante de 14 años tuvo que desprenderse de su mochila repleta de útiles e incluso el boletín de calificaciones para evitar ser agredido por la patota.
Los directivos detallaron que esta clase de hechos ocurren antes del ingreso a clases porque aprovechan la vulnerabilidad de los jóvenes y se amparan en la oscuridad y el silencio de los pasillos interbarriales durante las primeras horas del día.
Ante la pérdida de las notebooks, por ejemplo, desde la institución se recalcó que los directivos primero contactan a los tutores de las víctimas y luego se radican las correspondientes denuncias. Cuando el relato del robo es confirmado por la Policía, el alumno recibe otra computadora a cambio, de manera única y excepcional. Esto quiere decir que ante otro hecho delictivo, el estudiante se quedará sin posibilidad de seguir contando con el artefacto.
Respecto al accionar policial, desde la institución agregaron que al tiempo de las denuncias se observan patrullajes y presencia policial en inmediaciones del establecimiento, pero cuando eso deja de suceder los delincuentes regresan con todo su esplendor.