Testigo no vaciló: “Fue Cantallops el que le pegó un botellazo a Mercol”

Miércoles 1 de octubre de 2014

La sexta jornada del juicio oral y público en que se busca dilucidar la muerte de Iván Mercol se caracterizó por el contundente testimonio que puso en aprietos las aspiraciones de los dos acusados de “homicidio preterintencional”, Sebastián Ruiz y Diego Cantallops.
José Aurelio Bordón (31) fue directo, y hasta se podría figurar su testimonio como ‘lapidario’. Durante la madrugada del domingo 19 de marzo de 2006 en el complejo de diversión Power “vi una pelea común y corriente entre dos personas hasta que apareció otra que dejó a Iván inconsciente de un botellazo”, dijo el testigo, a quien interrumpió el juez César Jiménez para preguntarle si esa persona se encontraba presente en el recinto: “Sí, está acá”, respondió. “Lo puede señalar”, continuó Jiménez. “Sí, es él”, y señaló a Diego Cantallops sentado junto a sus defensores, Mónica Olivera y José Luis Rey.
La precisión y carácter firme que puso Bordón para apuntar a Cantallops estremeció la sala repleta del Palacio de Justicia.

“Fue él, con el botellazo se terminó la pelea y comienzan a separarlos a todos (...) era una botella de vidrio de Oxígeno (vino espumante)”, agregó Bordón antes de iniciar la ampliación de detalles de lo que observó hace poco más de ocho años.
“Yo salía del boliche, caminaba por el túnel hacia la salidad y allí fue la pelea, vi todo lo que ocurrió, Ruiz (Sebastián) le pega a Iván que se va para atrás, se reincorpora, le vuelve a pegar en la cara, retrocede nuevamente, le vuelve a pegar y cae, cuando se levanta el otro le pega el botellazo entre el hombro y el cuello, en la clavícula”.
También aclaró que “Iván en ningún momento golpea a Ruiz, nunca pudo pegarle (...) él estaba de frente a mi y Ruiz de espaldas golpeando, fueron tres o cuatro golpes de puño y el botellazo, la pelea no duró más de ocho segundos”.
“Después los de seguridad llegan y los separan. A Mercol lo tomaron desde las axilas hacia donde había luz y lo dejan sentado contra la pared (...) a Ruiz y al otro chico lo sacaron por el patio que sale a la avenida Centenario”.
“Me acercó a Mercol, le hablo pero no me respondía, le salían como gotas de sangre de los ojos, su cuerpo estaba estremecido, con temblores”.
Bordón al ser preguntado por el abogado defensor de Ruiz, Hugo Zapana, amplió detalles y narró que después del ataque, salió a la vereda de Power, luego a su hogar y horas después a pescar. “Me llamaron por teléfono avisándome que Iván había muerto, por lo que fui a la funeraria a contarle al padre que había visto la pelea”.
Zapana le pidió mayores datos y precisiones sobre el elemento contundente que presuntamente lastimó a Mercol. Bordón manifestó: “Estoy seguro que era una botella de vidrio, y que le pegó entre la clavícula y el cuello, se la arrojó a una distancia corta de diez centímetros”.

Portero
De los cinco testigos que se sentaron a responder sobre el crimen, el testimonio de Rubén Ramiro Franco Monges (43) empleado encargado de la puerta de ingreso y salida del local bailable, fue otro de los que podrían considerarse centrales.
Relató que “eran las 6 de la mañana, horario en que los chicos comenzaban a salir del boliche, yo estaba en la puerta con Tito (Miguel Villamayor) cuando escucho un ruido fuerte, seco, dentro del túnel, me acerco y veo a un chico contra la pared, como borracho apoyado y por caerse, lo agarré de los brazos y llega Fredie (Espinoza, otro guardia de seguridad) y se lo paso, lo toma de los brazos pero por la espalda y lo deja sentado en el piso contra la pared (...) A dos metros de la puerta de salida adonde volví a pararme porque yo soy el portero, cumplo esa función”.
Monges también fue inquirido sobre otros puntos. Zapana le preguntó sobre qué relación de parentesco tiene con la esposa del dueño de Power (Carlos Espíndola). A lo que respondió: “Es mi prima”.
También sobre si obedecía órdenes de la jefa de seguridad del local. “No, yo soy empleado de Power, el portero, no era mi jefa la oficial (Marisa) Bueno (...) yo trabajo como personal civil, no como policía que cumple adicionales”.
El mismo fundamento utilizó para explicar que “el personal de seguridad siempre rota”, y que por tal motivo de los llamados “patovicas” hoy no quedaba ninguno trabajando en Power, o al menos hasta su última jornada del sábado 27 de octubre, noche en que se anunció el cierre temporario del complejo bailable.

Solicitud fallida
Zapana señaló presuntas contradicciones en el relato en la etapa instructoria de Monges con respecto a lo que explicó ayer.
Solicitó que de acuerdo al artículo 275 del Código Procesal Penal de la provincia se lo investigue por “falso testimonio” a Monges.
Sostuvo Zapana: “Monges negó haber cumplido órdenes de Bueno, es increíble que diga que no se mueve de la puerta y ahora dice que se movió (para asistir al lugar donde atacaron a Mercol en el túnel)”.
La negativa de la fiscal Yolanda Mazal fue compartida por el juez Jiménez y se rechazó el pedido de “falso testimonio”.
El defensor de Ruiz, minutos antes también solicitó la “nulidad” del testimonio de otra testigo. El de Andrea Cecilia Encina (36). La mujer sostuvo no recordar lo que declaró sobre la noche del 19 de marzo de 2006 por lo que pidió poder leer su testimonial del expediente.
Para José Luis Rey, padrino en el debate de Cantallops, conformaba una irregularidad  introducir su relato de esta manera, por lo que acompañó el parecer de Zapana, pero la medida también fue descartada por el juez Jiménez.

Artes marciales
Martín Alejandro Yegros Tejada (30) es futbolista y fue uno de los amigos más cercanos a Iván Mercol. En su declaración de ayer remarcó que también conocía a Sebastián Ruiz “desde la infancia” y aclaró que éste “practicaba artes marciales desde chico y siempre lo veía entrenando en el gimnasio”.
Yegros Tejada aclaró que no vio la pelea y el ataque a Mercol, pero destacó que esa noche “me crucé con Ruiz y me saludó mal, me hizo un gesto con la cabeza nomás”.
Sobre este presunto enfado de Ruiz, también se manifestó otro de los testigos de ayer, Miguel Malnatti (30), quien acompañó a Mercol al boliche. “Nos cruzamos en Power con Sebastián y me saludó de una manera muy rara, me llamó la atención porque nos conocemos de la secundaria, fuimos a Bariloche juntos, éramos compañeros de colegio”.
La jornada fue extensa por lo que los dos testimonios que no se pudieron concretar ayer en el debate, fueron postergados para esta mañana y corresponden a otro presunto testigo ocular de la pelea, Juan Carlos Friedrich y a un médico de apellido Gaudencio, solicitado por la fiscal Yolanda Mazal.


“No lo podemos negar, mi familia espera una condena y prisión”
POSADAS. “Hasta acá, hasta hoy, estamos tranquilos con los resultados del debate, ya que los testigos, los importantes, ratifican todo lo que veníamos hablando”. Mauricio Mercol, el padre del joven de 22 años, cuya muerte se juzga en el Palacio de Justicia, hablá en ‘cordobés’, con la calma que arrastra de Las Varas, su pueblo natal.
Enfrenta el momento más duro de su vida, pero se mantiene firme, conjuga sus pensamientos con temple, un puntal para su familia y para su lucha de ocho año y seis meses por un juicio que aclare quiénes, cómo y en qué circunstancias acabaron con la vida de su hijo.
Mauricio Mercol acompaña a sus hijos a que presencien el debate en el Palacio de Justicia todas la mañanas desde las 8.30.
Como está imposibilitado de ingresar al recinto porque figura en la lista de testigos, permanece durante cuatro horas sentado al fondo de un pasillo del edificio de avenida Santa Catalina y Centenario.
Sobre los testimonios de la sexta jornada del debate que encabeza el juez César Raúl Jiménez, destacó que “fue muy importante el aporte de Ronie (Rubén Franco Monges, empleado de Power) y el del chico José Bordón, ellos fueron claros en la secuencialidad de lo sucedido, precisos”.
En cuanto al pedido de disculpas o perdón que esgrimieron los dos acusados, Diego Cantallops y Sebastián Ruiz, sostuvo: “Me pareció una formalidad de ellos ante la gente y ante el juez (...) Después de ocho años y medio no les queda otra que pedir perdón, son confesos, pero es porque están con el agua al cuello”.

“Lamentable”
También se refirió a lo vertido en este medio por los padres de Sebastián Ruiz, Carlos y Gladis, quienes aseguraron sentirse perseguidos por la familia Mercol en su intento por obtener justicia. “Me resultó lamentable, no persigo, ni mi familia persigue a nadie, todo lo que manifesté fue lo que está en el expediente, no invento nada”.
“Además los imputados han tenido todos los beneficios posibles, de cambiar los abogados cuantas veces quisieron, de recurrir todo lo que creyeron necesario (...) nunca pusimos trabas, por eso me parece lamentable lo que dijeron”, amplió Mercol.
Descartó la posibilidad de un cambio de carátula durante el debate: “Tengo entendido que no se puede a esta altura modificar la imputación o cambiar la acusación. No creo tampoco que eso ocurra”.
Ayer ante las consultas de varios medios de comunicación, reiteró que se siente conforme con el proceso de juzgamiento.
“Se presentaron como primeros testimonios los de los médicos, que fueron muy claros, que mostraron la lesión sufrida por Iván, con fotografías de la autopsia y terminología accesible dijeron que los golpes que el chico había recibido podían ser los causantes del desplazamiento de la primera y segunda vértebra que provocaron el derrame del cerebro y la muerte de mi hijo”.
También resaltó la labor de la fiscal, Yolanda Mazal, “que en pocos días estudió todo el expediente (...) Hablé con ella y comprobé que sabía todo lo ocurrido (...). Además fue muy clara, dijo que había dos evidencias y que una no estaba probada. Ella no dijo cuál y yo tampoco lo haré”.

Atentos
Sobre sus expectativas para los próximos días de declaraciones en el debate, en la que está incluido junto a su esposa como testigos, y para las jornadas de alegatos y sentencia, remarcó: “Me parece imprudente hablar de una condena, aunque no puedo negar que la esperamos, que mi familia espera una sentencia justa y de cumplimiento efectivo, de prisión para los acusados”.


Adolescentes
Por primera vez ayer, alumnos de un establecimiento educativo secundario estuvieron presentes en un debate oral y público donde se juzga un homicidio.
“Tratamos de cumplir con la comunidad. tenemos que ser responsables desde el importante lugar que tiene la Justicia en la sociedad con un fallo acorde a la verdad y con una comunidad que se interese con todo lo que pasa con los adolescentes”, comentó el juez César Jiménez, y agregó que en las próximas jornadas más alumnos del colegio Madre de la Misericordia podrán observar el juicio.